martes, diciembre 14, 2004

Holy shit!

Soy un hombre cambiado, los pajarillos cantan alrededor y mi chacra ya produce. Y todo sólo por estar oliendo cerca de media hora el embriagador aroma del excremento de vaca incinerándose en pequeñas pirámides de bronce de 10 dólares cada una.
No es por nada, pero algún día quisiera recuperar la ingenuidad, o perder el cinismo, lo que ocurra primero.
La Terapia Homa fue el tema de la charla a la que me invitó mi papá a quién cada cierto tiempo se le sale lo new age.

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