miércoles, junio 29, 2005

Moving out

Yey! ¿Qué mejor manera de pasar un día feriado que cargando gigantescas cajas y tragando kilos y kilos de polvo? Pues, si conocen una mejor manera, pásenle la voz a mis papás.
Nos estamos mudando. En este preciso instante.
Según los tan acertados cálculos de mi familia, ya para esta noche deberíamos haber terminado de pasar todas nuestras cosas a nuestro nuevo hogar, tan lejos del mundanal ruido.
Los perros, el gato, los periquitos, y las tortugas vendrán al final; ojalá se acotumbren rápido.
Cualquier plan que tuviera para el día de hoy queda cancelado (quería ir al estreno de "Guerra de los mundos" y con algo de suerte ir nuevamente a ver a los niños del Cáucaso), también cualquier intento (menos probable ciertamente) de empezar a estudiar para mis finales que arrancan el viernes...
Suficiente descanso, he de volver a ese mar de cajas y polvo que pronto será mi cuarto. Espero que sea la última mudanza de mi vida (ja! si claro, pobre iluso).

sábado, junio 25, 2005

Requiem por uno de mis Yo

Estoy en la recta final del ciclo. Muchos de mis cursos ya terminaron y al terminar la semana estaré en exámenes finales. Y no me importa, la verdad.
Mi cabeza anda en otro lado, interesada en reflexionar sobre cosas que nada aportaran a mi futuro profesional... como hoy por ejemplo, en que se casa mi primer gran amor; la chica por la que morí tantas veces durante mi adolescencia y buena parte de mi niñez.
Porque morí, sí. Cada vez que la tuve cerca y no pude decirle lo maravillosa que era, cada vez que sonreiamos y yo callaba lo feliz que me hacía el pasar tiempo juntos, cada vez que me hablaba del chico que le gustaba y sobre el que yo pacientemente oía, como buen primo que era. Y es que nada pasaría nunca, porque claro, a mi enfermo ser no se le ocurrió mejor idea que venir a fijarse de su propia prima hermana, así de retorcido y antinatural...
Pero me estaban destinados sufrimientos mayores. Y así como tantos otros después, superé aquél enamoramiento enfermizo. Lo que la distancia no pudo lograr (no la veía hacía años pero igual seguía templadazo), lo consiguió otra persona. Un nuevo amor, enfermizo, imposible, vil; por el que me humillaría de la manera más patética y del que, a su vez, conservo los recuerdos más felices de mi vida... pero eso es harina de otro costal, que quiza algún día me anime a contar.
Y bueno, a lo que iba; que hoy se casaba mi primer gran amor, y que espero sinceramente que sea feliz, porque se lo merece. Y que este día muere por última vez el yo de mi niñez, el que empezó con esta tradición de amar en secreto, de moverse por lo bajo, de sufrir por imposibles. Espero que se quede ahí, quietecito, y que se pudra muy lentamente... así su hedor me recordará por el tiempo que viene, sobre los pueriles errores que ya no debo cometer.

miércoles, junio 15, 2005

El engendro

Pues bien, hoy hace su presentación oficial en sociedad el pequeño boletín literario, quincenal y gratuito: Magenta.
Claro, esperábamos poder distribuirlo libremente, hoy, en la universidad, pero no contábamos con un pequeño detalle; necesitabamos el visto bueno de alguna autoridad universitaria que corrobore la línea políticamente correcta de nuestra publicación.
Un profesor de la u es parte de nuestro grupo, por lo que supusimos que su sola presencia nos bastaría como aval, pero no, no en mi universidad. Entonces, hemos debido seguir el procedimiento adecuado y la respuesta nos la daban hoy por la tarde. Lo que significa que no se pudo distribuir la publicación hoy (excepto por nuestras amistades más cercanas y algunos profesores del área de literatura que recibieron sus ejemplares clandestinamente), pero bueno pes, para mañana será (y ahí sí, con todas las de la ley).
En fn, sin más preámbulo, dejo el link de la versión on-line de nuestro pequeño engendro.

P.D. Espero embriagarme rico hoy día ya que tengo doble motivo para celebrar: la publicación y el cumpleaños de Angeloca, y quizá tambien por el dia del blogger que fue ayer (gracias por el dato a Mr. Alonso).

domingo, junio 12, 2005

Moco de pavo

Estoy algo resfriado, me arde un poco la garganta y tengo la campanilla tan inflamada que mi madre teme pueda ahogarme durante la noche (se me ha descolgado como moco de pavo).

No suelo enfermarme. Por eso este tipo de cosas realmente desbalancean mi modus vivendi (no puedo beber cosas heladas, no puedo bañarme a la una de la mañana, ni dormir con las ventanas abiertas...). Y me jode aún más porque le da motivo a mi señor padre para recordarme lo frágil que puede ser la salud y lo necesario que es tener seguro social y que debo tener un trabajo decente que por lo menos me permita cubrir cualquier emergencia y todas esas cosas que los papás suelen decir para concientizarnos de lo jodidos que vamos a estar cuando ellos ya no estén. Y sólo consigue ponerme de mal humor y detestar el modo en que se funciona el mundo y jurarme una y otra vez que no, que no voy a tener familia, que no quiero la responsabilidad, que no me provoca, que hallaré otra forma de trascender que no sea a través de mi descendencia.

Pero ya, basta de lloriqueos de chibolo pseudo rebelde.

Ayer me la pasé toda la mañana en casa, disfrutando un sábado gris y luminoso, corrigiendo algunos textos en la compu para publicarlos en Magenta y bajando canciones de The Eagles (le estoy dando duro a I can't tell you why). Tan entretenido estaba en eso que no recordé que tenía reunión con los pensamiento profano y que de hecho la reunión sería en mi casa. Y los infelices son puntuales, que joda. El tema de la reunión sería Poesía y anti-poesía, pero terminamos hablando de homosexualidad, suicidio, de madenegri y agnosticismo. Al finalizar, tuvimos los comentarios de la más reciente integrante del grupo quién nos compartió la impresión que se había llevado de cada uno (resulta que soy el más antisocial y el más inteligente, que se lo diga a mis profesores a ver si le creen).

Como la reunión estuvo interesante decidimos seguirla con algo de alcohol de por medio, así que fuimos a abastecernos. La gente andaba misioma, y la chanchita no era algo para enorgullecerse. No nos quedó otra opción más que comprar -me da vergüenza decirlo- ... un par de puntos G...

Volvimos a mi casa con el trago y una súper bolsa de chifles para picar. De la reunión en sí no hay mucho que comentar salvo el que, en un momento, decidimos poner a prueba unas teorías sobre poder mental y sugestión. Cuatro personas levantaban al mismo tiempo -con dos dedos- a una quinta, sentada en una silla. Al primer intento no resultó, pero luego pudimos hacerlo y luego una vez más. Desde mi escéptica cabeza no me pareció tan descabellado que entre cuatro personas se pudiese levantar 70 kilos, que distribuidos entre todos se hacían 17 kilos y medio por persona. Nada del otro mundo. Pero los chicos se quedaron contentos.

Y así con la reunión de anoche. La pésima calidad del trago puede comprobarse en la resaca estupidizante que ocasiona al día siguiente; un malestar medio cojudo que sumado a la gripe no me ha dejado hacer nada en todo el día.

En fin, me ha quedado un poco extenso el post pero... que más da. El 10 de junio este blog cumplió un año de existencia, lleno de altibajos (más bajos que altis) pero ahí seguimos, dándole. Le dedicaré la tranca de anoche y las que vienen esta semana (el cumple de Angelita). Salud blogcito! gracias por ayudarme a exorcisar los demonios internos (y algunos externos). Nos vemos luego.

martes, junio 07, 2005

Magenta


Publicidad Magenta

Pues bien, he aquí un poco de cherry para publicitar un boletín literario que estaré sacando con algunos amigos de la universidad. Tendrá una versión on-line (léase, su propio weblog) la que está aún en construcción y apenas esté todo listo (antes del 15 de Junio) postearé la dirección, el correo y agregaré algún link.
Y eso.
Entre los constantes exámenes en la universidad, los trabajos de reda, los "últimos" retoques al diseño de la Tacreli n° 2, y los planes para la elaboración de la revista con los Pensamiento Profano, no me ha quedado mucho tiempo para postear (ni creatividad, ni voluntad). Felizmente que lo de Magenta se está haciendo sin mucha complicación, que si no, terminaré andando calato por las calles piuranas, gritando incoherencias y arrancándome los pelos... y eso.
¿Quién dijo que pegárselas de artista era sencillo?