martes, agosto 30, 2005

Sullana y Gomorra

Los 30 de agosto, acá en Sullana, sólo pueden ser sinónimo de una cosa: la kermesse del Santa Rosa.
Quizá lo haya mencionado en algún post anterior, pero por si no lo hice aquí va de nuevo: el Santa Rosa es el colegio donde estudié desde que llegamos a vivir a Sullana city. Es un colegio de hermanos maristas y, al menos mientras estuve allí, era sólo para varones (se ha ido convirtiendo gradualmente en un colegio mixto). Tiene la fama de ser uno de los mejores de acá, pero eso no viene al caso ahora. Al ser uno de los más viejos, ha tenido también el privilegio de llevar a cabo una de las actividades más tradicionales de la región.
La kermesse santarrosina se debe venir celebrando desde que el colegio existe. Reune a los egresados de las sesentitantas promociones que tiene el colegio, y a las familias de estos, y a los amigos de éstas, y a cuanta persona que desee embriagarse, tragar, bailar y/o ensordecerse "sanamente".
Por supuesto este año, como ya es costumbre, no fui. Es parte de mi política anti-fiestas a todo dar, en las que por lo general termino sintiéndome más solo que lo habitual. En vez de eso, me quedé en casita, cambiándole el layout al blog (¿a que no está lindo?) y avanzando con las veintemil cosas que tengo pendientes y por las cuales estoy a punto de perder a varios amigos. Atrás quedaron los días en que mis padres me obligaban a ir con ellos para que me divierta un poco, o aquella vez en que fui con Claudia, Denisse y Ricardo (cuando andaba en afanes con la Clau) y terminamos tragando en mi casa porque no soportabamos el caos, ni el olor a vómito, ni al borracho espeso que me echó cerveza de casualidad y que, luego, me tenía abrazado pidiéndome disculpas y asfixiándome con su tufo (ah! tiempos aquellos).
En fin, a lo mejor el próximo año me anime a ir. A lo mejor descubra cómo camuflarme entre la multitud. A lo mejor logre sentirme uno más. Y pueda en serio pasarla bien. Y agarrar con medio mundo. Y embriagarme hasta el olvido. E incluso, con algo de suerte, logre conseguir que me metan chaveta, en una de las tantas broncas callejeras que hay al caer la tarde; cuando los últimos rayos del sol ponen ese todo dorado sobre las paredes del colegio, y las sombras de los algarrobos sirven de refugio a aquellos que necesitan descargar su vejiga de tanta chela. A lo mejor el próximo año me vuelva normal.

domingo, agosto 28, 2005

Radio.blog reloaded! (más o menos)

¿No es raro que cuando uno tiene obligaciones importantes, las deje de lado por otras cosas que no tienen nada que ver con el asunto?
Mañana tengo un examen complicado y debo presentar un trabajo de mier..., pero en lugar de estudiar o hacer el trabajo preferí rearmar mi reclamado radio.blog el cual había desaparecido hace varios meses. Los que tengan un radio.blog que no requiera PHP sabrán que configurar la lista de canciones es un trabajo largo y tedioso. Me he tirado toda la tarde en eso. Pero bueno, espero que valga la pena.
Las canciones que hay ahora son básicamente las mismas que estuvieron hace un par de meses, salvo las de Depeche Mode, de The Eagles y la de Morricone. El próximo finde subiré algunas más y reemplazaré otras, si tienen alguna sugerencia será bien recibida.
En lo que queda de la noche voy a jugar con el template del blog a ver si lo cambio (ya me aburrió el que está ahorita). ¿Y mi examen y el trabajo? pos, quedarán para el final. Creo que mi subconciente ya se dió cuenta que trabajo mejor bajo presión.
Ya estoy viendo que terminaré acostándome a las cinco de la mañana...

jueves, agosto 11, 2005

De vuelta al ruedo

Pues bien, heme aquí retomando el hábito éste, de postear.
Las vacaciones se me terminaron. Han sido algo fructíferas tomando en cuenta que por fin pude terminar de leer El tambor de hojalata (excelente libro) lo que implicó que por fin me animara a ver su versión fílmica (curiosa adaptación)(pronto un post dedicado a ambas). También estuve unos cuantos días por Lima y aparte de hacer el tour al cerro San Cristobal (pronto fotos) y conocer el Parque de la muralla, pude darme una vuelta por la feria del libro en la que -salvo por unos libros de Lovecraft que estaban baratísimos- no pude adquirir nada por falta de fondos -_- (andaba recontra misio).
No estuve el tiempo suficiente como para pasar por alguna de las películas del festival de la PUCP.
Igual, algunas de las películas llegaron al cineplanet de piura (de las cuales, hasta ahora, sólo he podido ver "Solas") y ayer hubo un pequeño conversatorio en mi universidad con los señores Marco Loayza, Álvaro Velarde y Fernando Vivas. Es ciertamente algo muy bueno la descentralización de este evento.
Para terminar, la semana pasada pude publicar (gracias a Josué) una crítica a la película George and the dragon, en un diario local (la que he colocado en el post anterior).
Eso, para poner al día a los incautos lectores de este blog sobre lo que ha sido mi vida en las últimas cuatro semanas. Ah, por cierto, ayer salió el cuarto número de Magenta, dénse una vuelta por la página; quisiera leer algunos de vuestros instruidos comentarios literarios.
Hasta la próxima.
Taaaambieeeeen vieeeneee: Radio.blog reloaded!

Estrenándome de crítico

El Caballero y el Dragón (George and the Dragon)

Por el título original de la película se puede deducir, acertadamente, que ésta se relaciona con la historia del legendario San Jorge, de la tradición cristiana. La leyenda, en resumidas cuentas, narra la historia de una princesa que es secuestrada por un temible dragón, el cual la lleva a su lago para devorarla; sin embargo es detenido por un San Jorge recién llegado de las cruzadas, quién lo asesina con su lanza, rescatando así a la princesa, con conversión de cristianos de por medio y alegorías dragón/demonio para darle un trasfondo religioso a la historia; una trama harto conocida, repetida en innumerables cuentos de caballería.

Pero en esta versión -bastante libre- del desconocido director Tom Reeve, se le da un giro a la historia que podría hacer de ésta una película más interesante; sino fuera por la pobrísima realización de la misma. La trama de la película parte de la misma premisa de la leyenda: George (James Purefoy) al volver de las cruzadas y buscando llevar una vida pacífica en el campo, se topa con un pueblo cuya princesa ha desaparecido. George promete al rey devolverle a su hija y sale en búsqueda de la princesa junto al prometido de ésta, Sir Garth (un Patrick Swayze cincuentón, en un papel en el que no termina de encajar). Y es aquí donde empiezan las diferencias; resulta que la tal princesa Lunna (Piper Perabo), quien no es precisamente el “manso corderito” que su prometido asegura que es (ni el que pintan los cuadros que recrean la batalla de San Jorge y el dragón), no parece haber sido secuestrada, sino que ha huido para evitar casarse con Garth a quien no ama. Es durante su huida que es encontrada por el dragón (o dragona, para ser más exactos), que la lleva a su guarida para encargarle el cuidado de su único huevo, pues ella, la dragona, está agonizando. George no tardará mucho en encontrar a la princesa y al huevo, y de ahí en adelante la historia girará en torno al acercamiento entre estos dos personajes y la protección del último dragón.

La película cuenta con unos pocos aciertos, como el ya mencionado giro de la historia original, personajes interesantes (un villano al que se le llega a coger cierto cariño), buenas interpretaciones y algunas alusiones a otras películas, como la pelea de la princesa Lunna con unos bandidos que recuerda mucho a Fiona de “Shreck”, o el momento en que George termina chocando contra un árbol mientras Lunna le grita ¡cuidado con el árbol! en claro homenaje a “George de la selva”.

Pero por lo demás la película resulta lineal y aburrida, con un desarrollo de la historia que es bien predecible, habitual en este tipo de producciones que parecen hechas directamente para la televisión; no aporta nada nuevo a las películas del género fantástico, el de aventura o incluso al de comedia, en el cual se ha de clasificar. La mayoría de gags cómicos no son muy ingeniosos; encontramos desde slapstick, es decir, humor basado en golpes y caídas, muy propio del cine mudo; hasta el humor cliché que abunda en las comedias hollywoodenses y que suele caer en la ridiculez, como en la escena, casi al comienzo de la película, en que un monje en skateboard huye de una multitud enardecida. Finalmente, la animación digital de los dragones es bastante mala para ser una película del 2004, aunque da lo mismo, porque estos aparecen sólo unos cuantos segundos durante todo el film.

La película es, en general, bastante infantil. Por ese motivo podría llegar a ser disfrutada por un público de menor edad; a pesar de que su censura diga que es para mayores de 14 años. La película no contiene escenas muy violentas, tiene un humor simple, final feliz y moraleja ambientalista. Ahora, si lo que pretenden es encontrar batallas épicas espectaculares, héroes memorables, una trama oscura o una comedia que los haga caer del asiento de risa, mejor no pierdan su tiempo; “El Caballero y el Dragón” no colmará esas expectativas.