lunes, noviembre 26, 2007

Críticas a Espectador Invisible (y san se acabó)

Para terminar con el tema del libro dejo aquí el prólogo, algunas de las críticas y links de páginas con críticas a mi libro (en un post muy parecido al que Josué hiciera sobre las críticas a Galletitas de limón (you can call me plagiary, lil' Josh)). Pondría también algo del "fan mail" recibido en estos meses, pero necesitaría la autorización de sus autores para reproducir tanta "propuesta indecorosa" jajaja, : P

Sin más preámbulo aquí van:

Posibles claves de Espectador invisible
(Para leer, mejor, después de los cuentos)
Prólogo de Manuel Prendes

Seres enjaulados que no son siempre pájaros, ciudades devoradas por las dunas, asesinos con y sin conciencia, amenazas monstruosas... son algunas de las formas que adoptan las fabulaciones de Ángel Hoyos en este su primer libro de cuentos. No creo traicionar a los textos ni a su autor si advierto acerca de lo misterioso, lo inquietante y hasta truculento que invade la mayoría de sus historias. Diría que sus tramas brotan de un suelo abonado por la ya clásica narrativa de horror, impresa o bien filmada, junto con las propias maldades que aumentan nuestra experiencia cotidiana o anidan en las pesadillas del poeta.
Por supuesto, todas las formas diferentes que adoptan la decadencia y la destrucción en Espectador invisible responden a algo más que al objetivo de angustiarnos. Debe existir una cifra que dé aliento a este conjunto de relatos dispares, en los que hay algún oportuno y bien dosificado respiro humorístico. Si se me permite proponer una clave –discutible- de reflexión sobre el libro, pensaría en la de un tema viejo como la propia literatura. Bilbo Bolsón, uno de los héroes de nuestro cuentista, descubrió que el tiempo era la respuesta a un antiguo acertijo: “Devora todas las cosas: (...) mata reyes, arruina ciudades / y derriba las altas montañas”. “Además de amistades, matrimonios, familias, cuerpos y juventudes...”, parece añadir Ángel Hoyos, en formas al gusto de un narrador joven en una época cansada (¿o tal vez estresada?). Una época pretendidamente vitalista en la que muchos no hallan cosa en que poner los ojos, como escribió Francisco de Quevedo hace cuatro siglos, que no sea recuerdo de la muerte.
¿Y quién pone esos ojos? ¿Y quién es o quiénes son, dónde está o están los espectadores invisibles? Son otra presencia que se extiende de formas múltiples dentro del libro, porque así debe ser en la misma literatura. Unos son invisibles porque narran –o leen- desde un mundo distinto al de las zarandeadas criaturas de ficción. Otros invisibles lo son sólo para algunos personajes, fuerzas despiadadas y extrañas a su mundo, o cuya propia evidencia las hace, como observara Chesterton, inapreciables a nuestros ojos. La atenta mirada del cuentista, en este caso, nos ayuda a descubrir nuevas presencias que tras la lectura nos acompañan de vuelta a la realidad. Esperemos que con alivio y sabiduría, esperemos que también sin amargura.

Manuel Prendes
Piura, 17 de septiembre de 2007



La descarnada alegorización en "Espectador Invisible"
Ricardo Musse

“A pesar de las inútiles probabilidades
y aunque sea bendecida por los dioses
y este sea el acto final el amor es un/juego perdido”.
Amy Winehouse.

En “Hacia el final de mis días”, por la interlocutora y conmovida boca del hijo; la decrépita historia de un viejo es revelada, con amplia y denotativa brevedad alegórica, como inminente e inquietante: Viudo, con Marita –su infeliz hija- visitándolo sólo para que le dé plata (con lagrimones de caimán incluidos) y esa despiadada rutina que nos hará desembocar –no obstante y plenamente- hacia la muerte.

En el segundo cuento “es digno de elogio su atrevimiento para tratar un tema y una historia atípicamente piuranos, sin que uno pueda dejar de reconocer que el espacio en el que la historia transcurre es nuestra soleada Piura (aunque, irónicamente, en la historia ya no quede casi nada de ella). Ángel Hoyos logra ser osadamente original presentándonos una historia futurista, un relato que transcurre en marzo del año 2013. El cuento, por la profusión de imágenes apocalípticas, una ciudad -Piura- invadida inexorablemente por el hambriento desierto, en una trepidante tormenta de arena…, se pone mejor conforme uno avanza en su lectura. La capacidad de Ángel para adentrarnos en un espacio geográfico, en un clima, en una atmósfera ficticia que en ningún momento deja de ser creíble, lo que logra a base de una construcción acertada de paisajes y escenarios; el dominio de los diálogos y el sentido de la acción que nunca deja de discurrir…” (1).

Ese hedor insoportable que se va gestando (que emanándose se adhiere, de manera indeleble y penetrante, en nuestros apestosos corazones) representa la necrótica afectividad de la que estamos –pervertidamente- hechos; sin ninguna misericordiosa posibilidad para una redentora plenitud. Entonces todo -absolutamente todo- está destinado hacia la corrompida rutinización y hacia la irreversible pudrición del amor; puesto que esa desatada malevolencia nos reivindicará para habitar –de manera insalvable- dentro de los tortuosos abismos de la incertidumbre.

La guerra civil acontecida entre Sendero Luminoso y las Fuerzas del Orden es asaltada por la escritura objetivista de Ángel Hoyos: Martín Barrientos, destacado al Alto Huallaga, –quincenalmente con sus subalternos- frecuenta la cantina El Negrito. Entonces nos enteramos que el sargento es –como la inmensa mayoría de los soldados- un ser envilecido -hasta los tuétanos- por su adiestramiento castrense, vulgarizado por una perversa y maniquea visión de la realidad: Ese histórico desprecio hacia los Derechos Humanos que siempre han evidenciado las Instituciones Armadas del Perú.
En este cuento Ángel Hoyos rige, con insospechada maestría, la tensión dramática de los sucesos; suscita un develamiento contundente de la psiquis humana y –aspecto técnicamente portentoso- preventivamente, durante el dinámico curso argumental, esconde relevantes datos para situarnos dentro de una crispada puesta en escena, cuyo desenlace es sorpresivamente letal.

El sentido pleno del cuento “enjaulados” se decodifica –ahondándonos hacia sus connotativas entrañas- dentro de sus entretelones discursivos. Esas referencias ornitológicas que colman la atmósfera argumental tiñen nuestra alma de irredentos escalofríos, puesto que intuimos que alguna desgracia se nos vendrá (mientras sigamos leyendo) furiosamente encima. Ángel Hoyos construye sus historias con aconteceres extraordinariamente triviales, esclarecedoramente sustentadores de nuestra precaria existencia; engendrando una asfixiante estilística de la rutina que nos sobresalta –de manera insalvable- los abisales latidos, pues este mundo inmenso -perversamente diseñado- es esa gran jaula, hecha a nuestra medida.

Los inicios de los cuentos de Ángel Hoyos, no complicándose con revestimientos suntuosos, ni –mucho menos- con retorcimientos en la construcción textual; muestran (para nuestra expectante y coautora disposición) un enrarecimiento de referentes que impulsa, compulsivamente, a seguir discurriendo a fin de alcanzar el progresivo esclarecimiento de la temática. Entonces constatamos que una silente cabaña situada en el Valle del Colca se mimetiza, funestamente, con la vida de unos esposos; eclipsada ésta dentro de la insoportable vacuidad enunciativa, después de veinte años de compañía conyugal. Sin embargo, descubrimos –además- que sólo la ruindad impulsiva, la desgraciada indigencia afectiva, ese cielo indiferente a todo drama; solucionará, precariamente, las disfuncionales relaciones interpersonales.

“De viejos y plazas” está contado desde una penetrante perspectiva –dotado de ese recurrente tono malcriado y descarnado-, con un diestro encapsulamiento -en un mismo espacio discursivo- y entramados perfectamente e íntimamente adosados en una simultaneidad enunciativa, las voces autónomas de los personajes; así como la impiedad y la hilaridad verbal de la omnisciencia narrativa que goza –discursivamente- en enrostrarnos –cruelmente- la ingenua visión que se tiene de la senilidad como evolución existencial de sublime purificación e inmaculada sabiduría.

Claro que suele pasar que de pronto, dentro del subjetivo desciframiento que hacemos de la realidad, extrañas sensaciones nos van delirando (progresiva y misteriosamente) hacia una incuestionable certidumbre: Todavía en la insondable e infinita oscuridad algo roza –de modo escalofriante- nuestro atemorizado ser, aun después del imperfecto –y no tan liberador- despertar. Este cuento linda la perfectibilidad literaria porque–osadamente- se acomete un juego técnico extremadamente delicado y muy complejo –y, además, se hace instrumentando (patológico signo de un textual desdoblamiento) la perspectiva del Tú discursivo- como es el nivel de realidad.

En “Ojo en el cielo” queremos resaltar, ahora, el entretejido sapiencial de los diálogos: Precisos y minimalistas; frescamente estructurados, dotados de una coloquial y desenfadada sonoridad, como también su subyacente ontología discursiva de las contingencias. Y esas descripciones que parecieran que unas emotivas evanescencias les confirieran sus endotímicas textualidades. Sin lugar a dudas, Ángel Hoyos es un escritor pródigo en estrategias procedimentales, las que despliega –diestramente- según sus planes constructivos.

Unos amigos entrañables deciden remontar hacia la primera cima del cerro Vicús. Al mediodía, estos desprejuiciados y sarcásticos jovencitos, repulsivos de creencias supersticiosas, logran su –nada extraordinario- propósito. Empero, cuando ya se han encaminado hacia la otra sima, Arturo (increpando furiosamente a Tete) los abandona, perdiéndose de nuestra vista. A Tete (al que culpan por no recordar el derrotero de retorno), prendado de Sara (la manzana de la discordia, la que también se extravía misteriosamente), no le cae para nada Arturo. Añáz (el chulucanense de la collera) renegando de su cultura primigenia avala las referencias burlonas que hace Beto (atraído por Ana) del encantamiento. Pero maléficamente estos tres también desaparecen del espinoso escenario textual. Pareciera que todo esto es la discursiva vindicación de la atávica sabiduría de los espíritus ancestrales. Ángel Hoyos le saca la vuelta, de modo diversificado y sobresaliente, al tema costumbrista; abordándolo desde enriquecidos ángulos, engendrando –por lo tanto- un angustiante e infausto desenlace cuentístico.

El último cuento del libro constituye la despiadada radiografía (estructurado bajo la forma de montajes yuxtapuestos) del progresivo condicionamiento y domesticación por la que atraviesa –casi ineludiblemente- nuestra sensibilidad dentro de este implacable contexto de estereotipos mortalmente eficaces en nuestra resignada y alienada personalidad.

Los cuentos de “Espectador Invisible” (excepto el titulado “Frío” que contiene una estructuración extremadamente elemental, provisto –además- de descoordinaciones textuales) son la irremediable confirmación de la calidad escritural que pródiga la hornada “Magentiana” (cuyas voces más sobresalientes son -aparte de Ángel Hoyos- Josué Aguirre Alvarado, Eduardo Valdivia Sanz y Luis Gil Garcés), suscitándonos la certidumbre que el relevo generacional ya es una incontrovertible realidad (y el que quiera negarlo trasuntará una obnubilada disposición) dentro de la virtuosa tradición de nuestra evolutiva literatura piurana.
Sullana, 13 de octubre de 2 007.

(1) Lalupú Valladolid José Humberto. Reflexiones sobre I Selección Regional de Cuentos, Piura. En: El Blog de verduguillo de Josué Aguirre Alvarado. Piura, 2 006.



APUNTES A ESPECTADOR INVISIBLE
José Gabriel Sandoval

Espectador invisible, en blanco y negro, como anunciando el viaje a lo primitivo y a los rencores que portan hombres y mujeres.

En mi lectura resaltan La ciudad, la arena, Enjaulados, Deus ex maquinita, Viaje nocturno y Ojo en el cielo

La ciudad, la arena, relato futurista en la que la ciudad de Piura ha desaparecido a consecuencia de tormentas de arena. En dicho contexto un periodista busca captar la ciudad que se pierde. El personaje del cuento, un periodista, caza la escena final de la ciudad. Ya Vargas Llosa en La Casa verde, indicaba que la ciudad de Piura era asolada en las tardes por ventiscas que traían arena del desierto; Ángel Hoyos, transforma esa ya antigua invasión en tormenta de arena; pero el lector no va a presenciar ese hecho, los acontecimientos del texto son posteriores, y lo catastrófico y hasta truculento en la imaginación del escritor no es la ciudad enterrada, no, lo catastrófico está en el comportamiento humano, en la actuación final del personaje.

Respecto a Enjaulados, narración referida a la afición de un farmacéutico por la crianza de pájaros, entre los cuales resaltan los pericos de cabeza roja, el autor hace un paralelo entre la distribución de especies en la jaula y el comportamiento característico de cada una de ellas, con los eventos en la farmacia en la que labora papá. Sí, el personaje es papá, porque los personajes no tienen nombres, se les llama papá y mamá, periquitos australianos, piwichos, loritos de cabeza roja y los arroceros, es cierto la narradora es la hija, lo que justifica la nominación en los personajes, lo acogedor que le resulta decir papá o mamá; así como justifica el hecho de que la excepción a esta regla sea Margarita, la gorda, la insoportable compañera de labores de papá. Dicha Margarita-perico cabeza roja, causa con su descuido la muerte de algún cliente-periquito australiano, lo que atormenta a papá-dios-justiciero, llevándolo desde esa tan encumbrada categoría en el inicio del relato, a su transformación final en el más detestable de los cabeza roja.

En Deus ex maquinita, el escritor ya nos anuncia que la relación resquebrajada de una pareja de la tercera edad, será rescatada por un evento inesperado, por un as bajo la manga, aunque la última línea del texto nos dice que es una reconciliación sin final feliz. Una carta es la causante de la ruptura de la relación apacible de Antonio y su esposa y unas pastillas el adiós al amor.

Viaje nocturno, está referido a la pesadilla que atormenta al pasajero del asiento 22 de un bus interprovincial: Hay algo debajo del asiento. Hubiera preferido que el asiento sea el número 8, ¿por qué?, porque estamos atrapados en la pesadilla y no hay salida, es un mal sueño hecho para ser infinito, lo cual se comprueba por el hecho de que el primer y último párrafo del texto coinciden e invitan a pasar del final de la página 51 al inicio de la 49. En una reunión, en que intercambiaba sueños con unos amigos, uno de ellos señalaba que existía una teoría que indicaba que en el paso de simio a homínido, fueron los machos los que se aventuraron a pisar el suelo y tentar algo nuevo, siendo las hembras las que se quedaron cuidando las crías en la copa de los árboles, con lo que se explicaría el temor nocturno de la mujeres a ver debajo de la cama, y el de los hombres en sentir que alguien mira por detrás, al acecho; pero, en nuestro caso el personaje es varón nada da a pensar otra cosa, con lo cual, Ángel Hoyos, echó a perder la teoría escuchada entre copas, y eso hace el artista, ir por donde quiere sin atarse a nada.

Ojo en el cielo, es el texto que habría inspirado la creación de la ilustración de la tapa del libro, Eye in the sky, o texto originado a partir de la creación de la ilustración. Se narra, allí una venganza, su planificación y su puesta en marcha. Franca, junto con su ex enamorado, Andy, traman la destrucción de la vida de Celia; pero, en el camino Andy muere, algo que no se esperaba la adolescente Franca. Es una lástima que el basamento de este texto, sea una “chiquillada” como le dijo Andy a Franca cuando le propone la venganza, de repente una mejor motivación hubiera rescatado a este texto fallido. Fallido, no por el desarrollo de los hechos sino por lo que origina toda la catástrofe. Es un texto que aspiraba a algo mayor.

En conclusión se puede agregar que Espectador Invisible, es un conjunto de textos que invitan a pensar sobre lo truculento y lo retorcido que también es parte de nuestra naturaleza. El balance final después de su lectura es favorable.

***

Finalmente, dejo los links a las críticas hechas por Josué Aguirre Alvarado y Julio Carmona, publicadas en sus respectivos blogs. El comentario hecho por Teresa Menor lo colgaré aparte debido a su extensión (y por develar el final de varios de los cuentos). Y eso es to, eso es to, eso es todo sobre éste, el primer libro mío de mí. Ya vendrán más...

P.D. He agregado el link del blog Mester de Obrería del escritor Julio Carmona en la barra lateral, pueden darse una vuelta por allí.

P.D.2 A los interesados en dejar otras críticas pueden hacerlo a través de los comentarios de este post.

P.D.3 Alguien que pueda confirmar si llegaron a mencionar (aunque sea de taquito) algo de mi libro en el Vano Oficio?

domingo, noviembre 25, 2007

Lo que "Espectador Invisible" dejó (hasta ahora)

Pues bien, hace casi ya dos meses de la presentación de mi libro, y aunque nunca posteé nada al respecto aquí va un cuasi-post que dejé a medias de puro ocioso que soy:


No pienso ser muy descriptivo, ya las fotos se encargan de eso, sólo quería mencionar algunos detalles: Por los comentarios generales sospecho que el evento fue todo un éxito (sí, ya sé: me encanta pecar de falso modesto). Salió tan informal como esperaba que fuera, estuvieron muchas de las personas más importantes en mi vida y el público salió contento. Me precedieron las amables palabras del representante de la Editorial Pluma Libre, Gerardo Temoche; las del representante de la Alianza Francesa de Piura, Dominique Scobry; y las de mi prologador, Manuel Prendes; lo que ya me dejó muy poco que decir (por aquí andan los audios proporcionados por Eduardo, y si descubro cómo, ya los subiré). Proyecté el corto de Lynch "The Alphabet" (como guiño a la reseña que me hizo Josué) para generar "ambiente" y dar una idea audiovisual al público de las sensaciones que el libro les podría generar. Se cerró la ceremonia entre bocaditos, brindis y las fotitos de rigor con el autor, y luego el after party con mis amigos con quienes me fui a beber por ahí. Ya el magento Eduardo Valdivia ha escrito sus impresiones sobre lo que le pareció la "ceremonia", post que pueden leer aquí.



Foto con mis magentos (no soy TAN chato, tuve que agacharme para equilibrar la foto)




Con mi family



Con mis ratas

Para ver el album de la presentación con una obscena cantidad de fotos, hacer click aquí.

La náusea (no la de Sartre, sino la mía)

Ayer me la pasé toda la tarde en cama con una migraña inaguantable, y por la noche de rodillas frente al inodoro, vomitando.
Inadmisible.
Quien sólo me conozca a través de este blog pensará que debo tener algún tipo de problema neurálgico, pero nada de eso. Lo de la migraña no me había ocurrido desde el asunto de Trahtemberg hace dos meses y antes de eso desde 3° de secundaria (o sea, hace mmm... como 13 años). Y ahora creo que sí se lo podría adjudicar al stress. Varias malas noches con poquísimas horas de sueño y mucha actividad física y cerebral. Mala alimentación, rezagos de una gripe mal curada que no hay cuando se vaya. Un estado de depresión generalizada. Sí, son ciertamente cosas que van minando las defensas de cualquiera.
Pero, como soy partidario de curarme al natural, no pienso ingerir ningún tipo de químico ni plantita para salir de ésta. Confío en que un buen descanso -como el de hoy- será más que suficiente.

Por lo pronto se me vienen unos últimos días de ajetreo con los exámenes finales en la universidad, en el francés y eso. Espero poder pasar por ellos con tranquilidad y llegar tranquilo (y con vida, y saludable) al concierto de Soda Stereo el 9 de diciembre, allá en la capital.

Pre-migrañaHoras antes de colapsar

P. d. Nos acercamos a las 30 000 visitas. Me parece justo ponerme al día con algunos posts pendientes (como el viaje con Josué a Chiclayo y a Trujillo, las críticas a mi libro, el recital Magenta y otras tantas actividades culturales por las que pueda haber caido).

martes, octubre 02, 2007

jueves, setiembre 20, 2007

Trahtemberg me da cefalea

Tengo un dolor de cabeza atroz. De esos que te hacen perder el equilibrio hasta estando sentado. De esos que provocan náuseas y terminas arrodillado frente al water escupiendo nada más que saliva. De esos que te tumban en cama hasta el día siguiente (previa revisada de correo y entrada en el blog).

No se la deseo a nadie (bueno, la verdad sí). Incluso he llegado a querer tener un hacha en mano para abrirme la cabeza en dos y, en el mejor de los casos, parir una Minerva.
Hace tanto que no me daba uno de estos.
En casa osaron culpar a mi bienamado café, los muy herejes. Pero hoy no he tenido a suerte probar ni una gota del oscuro néctar.
También consideraron que podía ser causada por el ajetreo de las últimas semanas, por las amanecidas, por el stress. Pero no. Hace ya algunos días que ando recontra relajado y nunca antes una amanecida (que he tenido demasiadas) me ha causado esto.
Es que hoy casi no has comido, dijeron. Pfffff. Fuera de que eso nunca ha sido un problema, es una afirmación errada pues hoy he tragado hasta decir basta.
Has estado caminando todo el día bajo el sol. Naa. Been there, done that.
¿Entonces?


León Trahtemberg, mamá. Hoy estuve en una conferencia de ese señor y me dió tanta cólera escucharlo que algo se me debe haber fundido allá adentro. Obviamente la intención de la conferencia no es negativa, no busca joder a nadie ni causarme dolores de cabeza, pero es que a veces se manda con cada cosa, con cada comentario. Ya se sabe que el tema del señor es la educación: sitio donde va, sitio donde raja (o "critica constructivamente") el alicaído sistema educativo peruano. Pero caray, su fórmula para sacarnos de pobres es algo que yo mismo vivo cada día y que he aprendido de modo natural, no es nada del otro mundo. Sólo que, como la gente se alucina con cualquier cosa que venga envuelta en un bonito paquete y les encantan las fórmulas simples que lo solucionan todo, terminan boquiabiertos ante una ponencia de éstas y acallando con palmas a cualquier voz de protesta (como alguna que se alzó por ahí), en favor de las rocas que este Cohelo de la pedagogía se soltaba.
Creo que después de mi libro de cuentos (Espectador invisible - presentación este 4 de octubre) sacaré uno en plan Quién se ha robado mi queso, Yo me he robado tu queso, DaVinci fue el primero que se robó el queso, etc. y lo titularé Trahtemberg, yo sí sé dónde queda Tailandia. Pronto en las mejores librerías.

miércoles, setiembre 05, 2007

La vida poco agitada de Angel Hoyos

Desde hace algunas semanas me he impuesto un estado de semi-reclusión, cual monje tibetano. El motivo: darle los últimos retoques a mi libro, ya tan próximo a salir. En teoría, me había propuesto tenerlo listo para hace dos semanas, luego para la semana pasada, luego para ayer, luego para pasado mañana; una serie de postergaciones que tienen su origen en mi creciente, monumental, inseguridad.
Mientras tanto, para no sufrir un colapso nervioso (y evitar el crecimiento de raíces en mi trasero) me he dado algunas escapadas.
Aprovechando los feriados estuve en un par de... "reuniones sociales" (un bonito eufemismo para no decir borracheras) : una en piura, con los latones, aprovechando la visita de Claudia Meza Villavicencio de Silva; y la otra en Chiclayo city, adonde hice un viaje relámpago para hacerle barra a Josué en una nueva presentación de su libro. Tras la presentación nos largamos a celebrar por ahí con la Chucula y nos metimos al bar La Taberna donde nos tomaron esta bonita foto con el cuerpo del delito.



Para el resto de actividades de la semana pasada (que he tenido a bien registrar para la posteridad ahora que me he convertido en "el loco foto") pueden chequear:
- aquí (recital prodamnificados en la plazuela merino),
- aquí (reunión latona)
- y aquí (cix).

Dos días más y seré libre de nuevo. He dicho!

miércoles, agosto 15, 2007

Cold wind - Arcade Fire




Adoro esta canción. Me pone de un ánimo que... pff. Apareció alguna vez como parte del soundtrack de la genial Six feet under. Palmas para el usuario que la colgó en Youtube y le editó esta suerte de videoclip - karaokero. Enjoy!

If you're going to San Francisco, lay some flowers on the gravestone...

domingo, agosto 12, 2007

Viaje infernal

Hace unos días tuve uno de mis peores viajes Sullana - Piura. No creo que llegue a ocupar el primer puesto en mi Top5 Peores viajes, pero vaya que se esforzó.

Era una combi salida del mismo infierno, no hay otra explicación. Era una mezcla de los peores castigos que se me pudieran poner. Media combi venía llena de viejas de mierda y bebés berreantes. Yo, iba enternado (no aguanto usar ropa formal) y con un paquete de regalo gigante rumbo a un matrimonio. Una vieja de mierda no cerraba su cortina y el solazo de las cuatro de la tarde me caía en toda la cara, fastidiando mis ojos y haciéndome sudar en cantidades espantosas. El chofer infeliz fue recogiendo pasajeros durante todo el camino, atiborrando el pasadizo de la combi y convirtiendo un viaje de 45 minutos en uno de hora y cuarto. La gente piteaba con violencia, los niños empezaron a llorar, el sol me caía en la cara. Prendieron el dvd.

Para qué prendieron el dvd. Una selección de las canciones más melosas y cursis del inglés, cantadas en español. Por supuesto que estuvieron los grandes clásicos de éste género, al estilo de Como iou narie te ha amarou de Bon Jovi, Purou ser amor, perro no parrese de Roxette, y los exitazos de Melodía desencadenada (la de Ghost) (yay), Toro lo que hagou lo hagou porr ti de Bryan Adams (reyay) y una muy, muy desafortunada versión de My heart will go on (la de Titanic (puaj)) que he preferido olvidar (ni siquiera aguanto la original) (puaj, puaj, puaj...).

Y así: los niños siguieron llorando, las viejas los siguieron chitoneando, yo seguí sudando, mis orejas sangrando y un sujeto del pasillo empezó a toserme encima y a golpearme la cabeza con su mochila por el vaivén del carro...

Pero, como soy lo máximo, lo pude soportar estóicamente, sin tener que recurrir a tácticas tan trilladas como saltar por la ventana o dirigirme a los demás para reclamar.

La próxima vez viajo en Eppo -_-

viernes, agosto 10, 2007

Hoy: Heroes - Final de temporada

Tengo una maldición con los finales. No me refiero a mi problema para terminar lo que empiezo (ni a mi obviable desempeño académico) sino a la pésima suerte que tengo cuando van a transmitir el último episodio de alguna de mis series favoritas.

Todo empezó con el final de los Años Maravillosos. Sí, sí; Kevin Arnold, Winnie Cooper, toda su mancha brava. Tengo que admitir con vergüenza que nunca he visto el final completo. Nunca pude ver el maldito último capítulo. Después de años y años siguiendo la serie, después de haber asimilado en mi vida el "Y entonces sucedió...", después de una tremenda campaña publicitaria para la transmisión del último episodio que fue todo un suceso nacional, después de todo eso... me lo perdí. Porque a mis papás se les ocurrió que debíamos hacer un viaje no recuerdo ni a dónde. Lo único que recuerdo es que aquella tarde, durante el viaje, mi papá detuvo el auto en un restaurante al lado de la carretera, y entramos para comer algo al toque. Todos los comensales del local estaban muy atentos mirando la pantalla de el televisor. Todos, sin excepción. Camioneros, familias, ancianos, niños, empleados del local; todos con los rostros en alto, prendidos de esa pantalla en la que se veía un aeropuerto (lo que luego me enteraría era la escena final). Y entonces sucedió... odié a mis papás por haberme arrebatado uno de esos momentos únicos en la vida. Claro, siendo niño esos enojos no duran más allá de un buen helado o cualquier otro dulce para doblegar la voluntad. Igual, me fui dando cuenta que tenía la peor suerte del mundo para estas cosas.

Luego vinieron las demás. Me perdí el final de los X-files (que había seguido desde el primerísimo capítulo), el de Millenium, el de Buffy, el de Angel, el de Friends, el de las Gilmore (hace poco), entre otros, y lo peor es que hasta el momento nunca los he podido volver a ver, ni en las repeticiones.

Por eso hoy, que espero el último episodio de la temporada de Heroes, he apagado el celular y he dado órdenes específicas de que me hagan negar. Ya sé que es sólo un final de temporada, y que quizá no sea el mejor programa que haya cruzado las pantallas, pero realmente es uno de esos gustitos que provoca darse uno de cuando en cuando. Estar tranquilo, tirado en el piso de mi cuarto viendo la tele, con una bolsa de chifles al lado, y disfrutar del final sin tener la remota idea de lo que va a pasar, de ver si tus predicciones son correctas o si los escritores te irán a sorprender (a ti que te las sabes todas) con un giro inesperado que muy pocas series pueden ofrecer nowadays. Probablemente no me lo pierda (claro a menos que se vaya la luz, ya ha pasado), pero si fuera así, por lo menos ahora (a diferencia de mi infancia) dispongo de la fiel internet, de donde podré descargar el episodio completo o en el peor de los casos, leerlo en alguna guía de capítulos.

Yep, all's right with the world.

jueves, agosto 09, 2007

Terrible descuido

No, no hablo del sospechoso afiche del Festival de cine (jaja) que ha causado una oleada masiva de opiniones en la lista de correo de cinemaperú; hablo de un error en el blog que ha impedido que se dejen comentarios desde hace un tiempo.
Parece que cuando Blogger actualizó su versión beta, desconfiguró algunas opciones de esta plantilla y a partir de entonces no se han podido dejar comments. Felizmente alguien me puso al tanto de ello y ya está solucionado.
Así que, si aún tienes algo que decir estimado lector, no dudes en hacerlo. Raja con confianza nomás (ya luego me animaré a comentar sobre cosas más trascendentales).

martes, agosto 07, 2007

Angel-vision 3ra. temporada

Después de algún tiempo (poco más de un año) he vuelto a las andadas. Necesito retomar el hábito de escribir seguido, textos largos y semi-coherentes (no que no lo haya estado haciendo... pero, uds. entienden).
Para poner al día al mundo (y de paso registrarlo para mi "yo futuro" que sufrirá de mala memoria), haré un recuento de las cosas importantes que me han pasado hasta el día de hoy desde la última entrada del blog (la que tiene el corto veraniego no, sino la anterior).

- Junio de 2006. Junto a Nancy y Jimena, realizamos un spot radial que ganaría el segundo lugar en un concurso a nivel nacional. Nuestro seudónimo: "Los Koalas" (yay). Fuimos a Lima a recoger nuestros premios--> una computadora (ahora en casa de Josué) y un paquetón con productos Nestlé del que dimos cuenta en un triz.

- Junio de 2006 (vaya que es un mes agitado). El boletín Magenta cumple su primer año y para ello organizamos nuestro primer recital. Todo bacán, con lectura de textos, proyección multimedia e intermedio musical. La universidad por primera vez nos da bola (jaja) y nos dedican un artículo por ahí.

- Setiembre de 2006. La entonces joven editorial Pluma Libre organiza un concurso de cuentos en la que Josué y yo resultamos seleccionados. A los 9 autores se nos publica en un libro titulado "I Selección Regional de Cuentos - Piura". (Yeeeeey)

- Noviembre de 2006. Segundo recital Magenta, ahora en los acogedores ambientes del pub Bloom Moon. "Letras + música" fue todo un éxito: buenos textos, buenas intervenciones musicales de Rato de Maga, Ley seca y Néstor Quiñones. Todo lleno, ese día vendimos hasta los carteles (con autógrafos!).

- Diciembre de 2006. Arrancan las vacaciones. Apuramos los preparativos del libro antológico del boletín Magenta: "Ladran los perros". Llegan navidad, mi cumpleaños y año nuevo donde me la pasé de putamadre (campamento en una playa solitaria, alejados de toda civilización, bajo una luna llena preciosa y bañarse en el mar a la medianoche). El año se fue del mejor modo. Y ahí empezó la decadencia (ja!).

- Enero de 2007. Terminamos todos los preparativos para la presentación de "Ladran los perros" en la Feria del Libro de Trujillo. 31 de enero. Alucinante. Nos dimos el lujo de hacer un minirecital al paso en la feria y luego esa misma noche parados en una banca de la plaza de armas. El tour incluyó la Plazuela del recreo, el Museo del juguete, Huanchaco y una cervecería llamada Hops.

- Febrero de 2007. Ayudé a Josué con un corto (el del post anterior) para su curso de inglés. Lo hicimos en un dos por tres y fue el cague de risa.

Los siguientes meses estuvieron un poco muertos. Hicimos un recital de bienvenida en la universidad, organizamos un seminario de literatura regional, me dejaron veintemil trabajos en la u, me la pasé viajando por todo Piura para un proyecto fotográfico, hubo un recital por el segundo aniversario y tuvimos que hacer un documental sobre las iglesias protestantes en Piura.
Después de todo eso, estas vacaciones de medio año pintaban reponedoras, salvo que me la he pasado hueveando y terminando los detalles para la publicación de mi primer libro.
Aquí termina la actualización.
Aquí terminan también este tipo de posts. Hacer esta lista me ha terminado dando la sensación de ser uno de esos viejitos que viven en el pasado... (¿dónde están los fracasos?!!) (te sería útil recordar esos también).

P.D. No olviden de darse una vuelta por el blog de Verduguillo, que el buen Josh estará destinando a la crítica literaria. Salud.

jueves, abril 05, 2007