domingo, enero 23, 2005

Mini-Crónica de viaje (conclusión)

La conclusión de la crónica será breve. Pasé mi último día en Lima vagando con Edgar (mi mejor amigo durante la secundaria), empezando con una breve visita a un hueco en Abancay donde vendían harto anime (compré Ghost in the Shell 2, Interstella 5555 y Akira) el local estaba recontra bien surtido y a precios razonables... lo palteante fue que tenían un cuartito al fondo donde se podía alquilar películas para ver allí mismo... como supondrán se prestaba para la cochinada, durante la hora que estuvimos viendo catálogos hasta nuestros oidos vírgenes llegaban los gemidos característicos del hentai... tras un rato salió del cuartito un señor acompañado de un pata de mi edad más o menos... sin comentarios.
Aprovechando que andábamos en el centro de Lima pasamos por mesa redonda pa seguir con las compras, ahí adquirí Hero y El arca rusa... luego fuimos a su casa en Jesus María dejar la mercadería y a almorzar... y luego al centro comercial arenales, que me es visita casi obligada en cada vacación (además que mi casa está cerquísimo). Vimos tiendas, anime, comics, música, J-pop, cards, figuras de acción... en una de las salas del cine ibana proyectar Camino a casa, así que convencí a Edgar para quedarnos por ahí, la película estuvo preciosa y de hecho fue bastante corta (creo que duró una hora o un poco más), como la tarde era joven decidimos seguir vagando... siguiente destino: algún Centro Cultural en miraflores donde a las 7:30 pm empezaría alguna película... volamos pues estábamos con la hora encima pero al llegar y encontrarnos con el poster de Diarios de motocicleta Edgar no se sintió tan convencido de entrar... nos quedamos dando vueltas por Larcomar y nuevamente recordé el episodio de South Park sobre el Walmart. Cerca del parque Kennedy entramos a una galería donde exhibían una exposición fotográfica llamada Paredes Invisibles, curiosa propuesta, buen montaje, la proyección del video sobre la pared del fondo fue bastante creepy.
Para terminar la noche decidimos caminar hasta Javier Prado por toda la Arequipa (o buena parte de ella), una caminata tranquila, silenciosa, contemplativa... de hecho fue uno de los dias que más disfruté en estas vacaciones, llegué a casa de mis abuelos cerca de las diez de la noche, empapado en sudor, a alistar las maletas para volver al hogar dulce hogar.
Al día siguiente mi madre y yo nos embarcabamos en el oltursa rumbo a casita, la comida del carro estuvo agradable y pude ver nuevamente Shrek 2 (doblada esta vez)(sigue sin gustarme, demasiado romántica), y una película con Martin Lawrence al estilo de un negro del bronx en la corte del rey arturo... nada original y muy aburrida. Dormí cansado aquella noche, tratando de convencerme que el volver a casa no implica caer en la rutina de siempre, que puedo hacer de mi vida lo que me venga en gana y que Lima sólo me gusta por unos cuantos días y en vacaciones, the grass its not always greener on the other side...

1 comentario:

Angel dijo...

Viví en Lima buena parte de mi infancia y hasta mis 10 años más o menos, por esa época mis padres tomaron la decisión de mudarnos acá, decisión que en su momento no comprendí pero que ahora veo fue muy acertada.
La vida en provincia es más atrasada, en algunas sitios más que en otros, pero es más relajada...
Los contrastes en Lima son muy grandes, me desesperan, me deprimen.