martes, noviembre 16, 2004

Look up, Hannah. Look up...

Hoy fue la proyeccion del Gran Dictador, con lo que concluyó el ciclo dedicado a Chaplin en la universidad.
No es su mejor película, ciertamente la comedia muda es su fuerte (los gestos, la mímica) no tanto la hablada ... aparte de eso la película por ratos parece que se hiciera innecesariamente larga, en fin, aún me queda por ver el resto de su obra posterior a ésta en que se despide del personaje del vagabundo para siempre, por ahi tengo Candilejas y Monsieur Verdoux.
Hay un elemento que me parece que le da ese valor agregado al Gran Dictador, que es el discurso que da Chaplin al final de la película cuando es confundido con Adenois Hinkel (parodia de Hitler). El discurso va sobre la tolerancia, la paz, la unión de los pueblos; es el mensaje final de la película, la razón de ser de ésta (según yo), el legado de Chaplin al mundo, un mensaje universal, atemporal. Ahí se los dejo:

Discurso final

Lo siento, pero no quiero ser emperador. No es lo mío. No quiero gobernar o conquistar a nadie. Me gustaría ayudar a todo el mundo --si fuera posible-- : a judíos, gentiles, negros, blancos. Todos nosotros queremos ayudarnos mutuamente. Los seres humanos son así. Queremos vivir para la felicidad y no para la miseria de los demás. No queremos odiarnos y despreciarnos mutuamente. En este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede proveer a todos.

El camino de la vida puede ser libre y hermoso; pero hemos perdido el camino. La avaricia ha envenenado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de odio, nos ha llevado a paso de ganso a la miseria y a la matanza. Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos. La maquinaria, que proporciona abundancia, nos ha dejado en la indigencia. Nuestra ciencia nos ha hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y faltos de sentimientos. Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco. Más que maquinaria, necesitamos humanidad. Más que inteligencia, necesitamos amabilidad y gentileza. Sin estas cualidades, la vida será violenta y todo se perderá.

El avión y la radio nos han aproximado más. La verdadera naturaleza de estos adelantos clama por la bondad en el hombre, clama por la fraternidad universal, por la unidad de todos nosotros. Incluso ahora, mi voz está llegando a millones de seres de todo el mundo, a millones de hombres, mujeres y niños desesperados, víctimas de un sistema que tortura a los hombres y encarcela a las personas inocentes. A aquellos que puedan oírme, les digo: "No desesperen".

La desgracia que nos ha caído encima no es más que el paso de la avaricia, la amargura de los hombres, que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará, y los dictadores morirán, y el poder que arrebataron al pueblo volverá al pueblo, y así mientras los hombres mueren, la libertad no perecerá jamás.

¡Soldados! ¡No se entreguen a estos brutos, hombres que los desprecian y los esclavizan; que rigen sus vidas, diciéndoles que hacer, que pensar y que sentir! Que les lavan el cerebro, que los tienen a media ración, que los tratan como a ganado y los utilizan como carne de cañón. ¡No se entreguen a estos hombres desnaturalizados, a estos hombres-máquina con mentes de maquina y corazones de máquina! ¡Ustedes no son ganado! ¡Ustedes no son máquinas! ¡Ustedes son hombres! ¡Tienen el amor de la humanidad en sus corazones! ¡Ustedes no odian! ¡Sólo los que no son amados odian, los que no son amados y los desnaturalizados! ¡Soldados! ¡No luchen por la esclavitud! ¡Luchen por la libertad!

En el capítulo diecisiete de san Lucas está escrito que el reino de Dios se halla dentro del hombre, no de un hombre o de un grupo de hombres, sino en todos los hombres, en ustedes, el pueblo. Ustedes el pueblo tienen el poder, el poder de crear máquinas ¡El poder de crear felicidad! Ustedes, el pueblo, tienen el poder de hacer que esta vida sea libre y hermosa, de hacer de esta vida una maravillosa aventura. Por tanto, en nombre de la democracia, empleemos ese poder, unámonos todos. Luchemos por un mundo nuevo, un mundo decente, que dará a los hombres la oportunidad de trabajar, que dará a ustedes el futuro y vejez y seguridad.

Por la promesa de estas cosas, los brutos han subido al poder. ¡Pero mienten! No han cumplido su promesa, no la cumplirán. Los dictadores se dan libertad a sí mismos, pero esclavizan al pueblo. Ahora, unámonos para liberar el mundo, para terminar con las barreras nacionales, para terminar con la codicia, con el odio y la intolerancia. Luchemos por un mundo de la razón, un mundo en el que la ciencia y el progreso lleven la felicidad a todos los hombres. ¡Soldados, en nombre de la democracia, unámonos!

Hannah, ¿puedes oírme? ¡Dondequiera que estés, alza los ojos! ¡Mira, Hannah! ¡Las nubes están desapareciendo! ¡el sol se está abriendo paso a través de ellas! ¡Estamos saliendo de la oscuridad y penetrando en la luz! ¡Estamos entrando en un mundo nuevo, un mundo más amable, donde los hombres se elevarán sobre su avaricia, su odio y su brutalidad! ¡Mira, Hannah! ¡Han dado alas al alma del hombre y, por fin, empieza a volar! ¡Vuela hacia el arco iris, hacia la luz de la esperanza! ¡Alza los ojos, Hannah! ¡Alza los ojos!

Charles Chaplin

“El Gran Dictador” - 1940


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