lunes, julio 18, 2005

Random thoughts

- ¿Y tú Angel, eres felíz?
La pregunta me cayó como un baldazo de agua fría, haciéndome volver de algún lugar en mis pensamientos. Me sorprendí respondiendo afirmativamente.
- Sí, puedo decir que estoy felíz.
El verbo ser suena tan definitivo... preferí usar estar que se siente más pasajero, más real.
- Oye, qué bueno ¿no es mucha indiscreción si te pregunto por qué?
Ja, yo me preguntaba exactamente lo mismo. Tras reflexionar un rato sobre el asunto llegué a una conclusión que, creo, me será útil en el futuro.
- Soy feliz porque me siento querido.

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Para los filósofos clásicos, el telos de todo ser humano -su fin último- es alcanzar la felicidad. Es lo que motiva todos nuestros actos a fin de cuentas; claro, luego se mandan a justificar la existencia de un dios, diciendo que a lo largo de nuestras vidas sólo encontramos felicidades efímeras, y que -muy al estilo de Platón- debe existir una felicidad perfecta, eterna, infinita, que no se alcanza en esta vida, y que eso debe ser dios. Vaya ud. a creerles... pero ya me estoy yendo por las ramas.

Bueno, a lo que iba: si mi felicidad consiste en sentirme querido, entonces la mayoría de mis actos habrán de están dirigidos a lograr ese propósito ¿verdad? , o sea, según mi razonamiento "chévere", todo lo que hago en mi vida es para que los otros me quieran... entonces ¿de dónde el antisocialismo, el egoísmo, el complejo de superioridad-inferioridad? betoasaber... pero, la verdad, nada de eso debería importarme ahora.
Las palabras del buen Lennon nunca fueron más ciertas para mí, all you need is love.

miércoles, julio 06, 2005

Auto-sabotaje

¿Ya he mencionado que me saboteo a mi mismo? Pues sí, lo hago; y mucho.

Estoy en finales, y andaba preocupado sólo por un curso, en el que de todos modos debía dar sustitutorio; el resto de cursos los llevaba bien, uno de ellos podía pasarlo incluso sacando un cinco en el final. Piece of cake.
Pero no, las cosas nunca son sencillas. Menos si yo mismo empiezo a jugar en mi contra. Si me paso toda la tarde viendo películas o leyendo cualquier otra cosa que no sean mis cuadernos; y recién, apurado, me pongo a estudiar minutos antes del examen. Si necesito un cinco para pasar el cuso y me saco un cuatro. Sí, ese tipo de cosas me suelen pasar. Y mientras camino cabizbajo, con el examen corregido en las manos, y queriendo agarrarme a cabezazos contra la pared; en mi cabeza, una voz idiota y alegre me dice : Es que nos gusta el suspenso!... Subconciente infeliz, suspenso te voy a dar cuando tenga que romper mi chanchito para pagar los cuarenta lucas del susti...

Y así. Qué relajante resulta poder hecharle la culpa a otros. Y cuando no hay nadie a la mano... siempre podremos alegar personalidades multiples.