Estoy en la recta final del ciclo. Muchos de mis cursos ya terminaron y al terminar la semana estaré en exámenes finales. Y no me importa, la verdad.
Mi cabeza anda en otro lado, interesada en reflexionar sobre cosas que nada aportaran a mi futuro profesional... como hoy por ejemplo, en que se casa mi primer gran amor; la chica por la que morí tantas veces durante mi adolescencia y buena parte de mi niñez.
Porque morí, sí. Cada vez que la tuve cerca y no pude decirle lo maravillosa que era, cada vez que sonreiamos y yo callaba lo feliz que me hacía el pasar tiempo juntos, cada vez que me hablaba del chico que le gustaba y sobre el que yo pacientemente oía, como buen primo que era. Y es que nada pasaría nunca, porque claro, a mi enfermo ser no se le ocurrió mejor idea que venir a fijarse de su propia prima hermana, así de retorcido y antinatural...
Pero me estaban destinados sufrimientos mayores. Y así como tantos otros después, superé aquél enamoramiento enfermizo. Lo que la distancia no pudo lograr (no la veía hacía años pero igual seguía templadazo), lo consiguió otra persona. Un nuevo amor, enfermizo, imposible, vil; por el que me humillaría de la manera más patética y del que, a su vez, conservo los recuerdos más felices de mi vida... pero eso es harina de otro costal, que quiza algún día me anime a contar.
Y bueno, a lo que iba; que hoy se casaba mi primer gran amor, y que espero sinceramente que sea feliz, porque se lo merece. Y que este día muere por última vez el yo de mi niñez, el que empezó con esta tradición de amar en secreto, de moverse por lo bajo, de sufrir por imposibles. Espero que se quede ahí, quietecito, y que se pudra muy lentamente... así su hedor me recordará por el tiempo que viene, sobre los pueriles errores que ya no debo cometer.
Mi cabeza anda en otro lado, interesada en reflexionar sobre cosas que nada aportaran a mi futuro profesional... como hoy por ejemplo, en que se casa mi primer gran amor; la chica por la que morí tantas veces durante mi adolescencia y buena parte de mi niñez.
Porque morí, sí. Cada vez que la tuve cerca y no pude decirle lo maravillosa que era, cada vez que sonreiamos y yo callaba lo feliz que me hacía el pasar tiempo juntos, cada vez que me hablaba del chico que le gustaba y sobre el que yo pacientemente oía, como buen primo que era. Y es que nada pasaría nunca, porque claro, a mi enfermo ser no se le ocurrió mejor idea que venir a fijarse de su propia prima hermana, así de retorcido y antinatural...
Pero me estaban destinados sufrimientos mayores. Y así como tantos otros después, superé aquél enamoramiento enfermizo. Lo que la distancia no pudo lograr (no la veía hacía años pero igual seguía templadazo), lo consiguió otra persona. Un nuevo amor, enfermizo, imposible, vil; por el que me humillaría de la manera más patética y del que, a su vez, conservo los recuerdos más felices de mi vida... pero eso es harina de otro costal, que quiza algún día me anime a contar.
Y bueno, a lo que iba; que hoy se casaba mi primer gran amor, y que espero sinceramente que sea feliz, porque se lo merece. Y que este día muere por última vez el yo de mi niñez, el que empezó con esta tradición de amar en secreto, de moverse por lo bajo, de sufrir por imposibles. Espero que se quede ahí, quietecito, y que se pudra muy lentamente... así su hedor me recordará por el tiempo que viene, sobre los pueriles errores que ya no debo cometer.
5 comentarios:
No te compliques más... siempre hay una razón.... sólo trata de estar mejor la próxima vez que te pase y anímate a dar el paso.
El primer amor es dificil de olvidar, pero si en medio hubo sexo, es peor. Date por aliviado.
Ahora, si nunca le dijistes nada, y te sentias agonizando de amor, eso es MUCHO peor.
Pasa la pagina tio.
Bueno, a la página le di vuelta hace siglos.
El asunto del matrimonio me tuvo reflexionando, sobre todo, porque es uno de esos eventos que me hacen recordar cuánto cambian las cosas, y sobre cómo el tiempo se nos viene encima irreversiblemente.
A ver, por lo mucho q t conozco, t quiero, y por lo bruja q a veces llego a ser, t adiviné lo d tu prima...
Bueno, x lo menos lo d la boda ya pasó. Ahora, adelante, amigo.
Hum... ¿y ese otro gran amor imposible? Ta que ya me intrigaste... averaveraveraver... ¿Quién puede ser?
¡¡¡Besito!!!
El asunto de que se casara ella en particular no ha sido algo que me afectara, es la boda en sí lo que me da que pensar, lo mismo que si se hubiese casado alguno de mis amigos más cercanos... no sé cómo explicarlo...
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