- ¿Y tú Angel, eres felíz?
La pregunta me cayó como un baldazo de agua fría, haciéndome volver de algún lugar en mis pensamientos. Me sorprendí respondiendo afirmativamente.
- Sí, puedo decir que estoy felíz.
El verbo ser suena tan definitivo... preferí usar estar que se siente más pasajero, más real.
- Oye, qué bueno ¿no es mucha indiscreción si te pregunto por qué?
Ja, yo me preguntaba exactamente lo mismo. Tras reflexionar un rato sobre el asunto llegué a una conclusión que, creo, me será útil en el futuro.
- Soy feliz porque me siento querido.
---------------------------------------------
Para los filósofos clásicos, el telos de todo ser humano -su fin último- es alcanzar la felicidad. Es lo que motiva todos nuestros actos a fin de cuentas; claro, luego se mandan a justificar la existencia de un dios, diciendo que a lo largo de nuestras vidas sólo encontramos felicidades efímeras, y que -muy al estilo de Platón- debe existir una felicidad perfecta, eterna, infinita, que no se alcanza en esta vida, y que eso debe ser dios. Vaya ud. a creerles... pero ya me estoy yendo por las ramas.
Bueno, a lo que iba: si mi felicidad consiste en sentirme querido, entonces la mayoría de mis actos habrán de están dirigidos a lograr ese propósito ¿verdad? , o sea, según mi razonamiento "chévere", todo lo que hago en mi vida es para que los otros me quieran... entonces ¿de dónde el antisocialismo, el egoísmo, el complejo de superioridad-inferioridad? betoasaber... pero, la verdad, nada de eso debería importarme ahora.
Las palabras del buen Lennon nunca fueron más ciertas para mí, all you need is love.
La pregunta me cayó como un baldazo de agua fría, haciéndome volver de algún lugar en mis pensamientos. Me sorprendí respondiendo afirmativamente.
- Sí, puedo decir que estoy felíz.
El verbo ser suena tan definitivo... preferí usar estar que se siente más pasajero, más real.
- Oye, qué bueno ¿no es mucha indiscreción si te pregunto por qué?
Ja, yo me preguntaba exactamente lo mismo. Tras reflexionar un rato sobre el asunto llegué a una conclusión que, creo, me será útil en el futuro.
- Soy feliz porque me siento querido.
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Para los filósofos clásicos, el telos de todo ser humano -su fin último- es alcanzar la felicidad. Es lo que motiva todos nuestros actos a fin de cuentas; claro, luego se mandan a justificar la existencia de un dios, diciendo que a lo largo de nuestras vidas sólo encontramos felicidades efímeras, y que -muy al estilo de Platón- debe existir una felicidad perfecta, eterna, infinita, que no se alcanza en esta vida, y que eso debe ser dios. Vaya ud. a creerles... pero ya me estoy yendo por las ramas.
Bueno, a lo que iba: si mi felicidad consiste en sentirme querido, entonces la mayoría de mis actos habrán de están dirigidos a lograr ese propósito ¿verdad? , o sea, según mi razonamiento "chévere", todo lo que hago en mi vida es para que los otros me quieran... entonces ¿de dónde el antisocialismo, el egoísmo, el complejo de superioridad-inferioridad? betoasaber... pero, la verdad, nada de eso debería importarme ahora.
Las palabras del buen Lennon nunca fueron más ciertas para mí, all you need is love.