miércoles, diciembre 29, 2004

El ineludible 30 de Diciembre

Mañana cumplo 23 años... que asco.
¿En qué momento dejó de gustarme celebrarlo?
Me voy al karaoke a ahogar las penas =)

domingo, diciembre 26, 2004

Nightmare after Christmas

Qué mejor manera de celebrar la navidad que tragando cualquier cosa alta en grasas y carbohidratos.
En los últimos tres días debo haber subido unos setecientos kilos, que chifita por aquí, que cevichito por allá, que el pavito esto, que el panetón aquello, que el chocolate caliente, que el arroz árabe, que la mayonesa, que las papitas al hilo, que el helado... por Dios, no recuerdo cuándo fue la última vez que comí tanto, pero ahora estoy pagando las consecuencias porque después de la última patada al hígado con la borrachera de la semana pasada, ya no me responde igual (el pobre aún no se ha repuesto), y hoy he despertado con un dolor de cabeza terrible y eruptando con sabor a huevo (!) (ya, no se hagan, seguro que alguna vez les ha pasado).
Por lo demás han sido unos días agradables, sin muchos regalos (ya estamos viejos) pero con harta armonía familiar. Mi papá acepto de muy buena manera mi cambio de carrera, con la condición de terminar lo poco que me faltaba en derecho después, si se puede, lo que le agradezco muchísimo. Ahora sólo falta esperar que me atraquen la solicitud de traslado interno, y en caso contrario... pos a postular y convalidar cursos, sí que sí.

lunes, diciembre 20, 2004

Vampire



Vampire - Edward Munch, 1895.


Me extraño. Al yo de años atrás.
Iluso. Nunca fuiste bueno.

Que feo choborra

Resaca de dos días... que vergüenza.
Lo de la fiesta fue hasta las últimas consecuencias, bebí hasta donde me dió el cuerpo y el estómago vacío, es decir hasta el día siguiente.
A las siete de la mañana me balanceaba en un columpio del local esperando que Miguel Angel terminara de despedirse para quitarnos todos por ahí, salimos en mancha los que estuvimos en su mesa, recontra ebrios y alegres (no hay nada que hacer, el trago une a las personas), los acompañé un tramo y luego me fui dando tumbos rumbo al paradero para tomar mi combi, encontré una justo a punto de partir y apenas me senté caí en un sopor del que sólo pudieron despertarme unas inmensas ganas de vomitar. Lamentablemente no tuve tiempo para reprimirlas y el resultado es una camisa buitreada y unos anteojos cubiertos con pedacitos de lo que parece ser jamón del pais y chocolate (no hubo cena pero hubieron bocaditos ^_^). Me quité la camisa como pude y seguí durmiendo, el cobrador debe haberse apiadado de mí por que al bajar aún tenía la plata del pasaje en las manos.
Llegué a mi casa con el polo medio zafado y la camisa en mano para susto de la señora Marielena, y a seguir vomitando, estuve en esas todo el día. En el colmo de la desgracia a la empresa de agua no se le ocurrió un mejor momento para darle mantenimiento a sus máquinas y estuvimos sin agua todo el fin de semana. Como se imaginarán el water estaba hecho una desgracia, se fermentaba un caldo repugnante de vómito y orines. Y el dolor de cabeza... que asco, soy abstemio hasta próximo aviso.
Ayer domingo me la pasé durmiendo casi toda la mañana, y pude ver varias películas por cable, la de Cow Boy Bebop, Spirit y una versión muy antigua del Pozo y el Péndulo de Edgar Allan Poe, luego dibujé casi toda la madrugada, he dormido un par de horas, me muero de miedo de cambiarme de carrera.

viernes, diciembre 17, 2004

The Prom!

Miguel Angel me ha invitado a su fiesta de graduación, ocasión que aprovecharé para conversar con toda la gente de comunicación (alumnos y profesores) para hacerme una idea clara sobre si me conviene cambiarme o no de carrera (que cosas podría convalidar, cuanto tiempo más tendría que estudiar, etc.).
Lo que sí, detesto la ropa formal, especialmente en verano, me asfixia... encima a lo mejor llueva, y la fiesta se haga en un local cerrado (yiak!) en mi cabeza empieza a formarse la imagen de una masa de jovenes bailando, empapados en sudor, en una atmósfera con olor a alcohol y medallones de carne.
Haré mi mejor esfuerzo, bailaré, me divertiré, chuparé con Miguel Angel a quien le he cogido cariño en el poco tiempo que lo conozco (probablemente estés leyendo esto, no te la creas), comeré, y con algo de suerte intentaré hacer migas con una persona que creo también irá y a quien encuentro sumamente interesante (a lo mejor termine vomitándola de los nervios como en south park). Maldita timidez.
Pasando a otras, aficionados al anime y curiosos, mañana Cowboy Bebop por Cinemax a las 23 hrs.

jueves, diciembre 16, 2004

Ladder 49

De puro aburrido que estaba me largué al cine a ver lo que hubiera. Compré mi entrada para Ladder 49 de la que había visto el trailer alguna vez, John Travolta y Joaquin Phoenix... a lo mejor estaba en algo.
La peli en general estuvo entretenida, aunque en un momento tanto incendio puede llegar a aburrir. Lo bueno es que empieza planteando el problema de frente - el bombero que queda atrapado en un edificio en llamas - y la historia de como llegó allí la van desarrollando en flashbacks (no que sea novedoso, pero queda mejor que una narración lineal).
Fue curioso, al comienzo de la peli me importaba un rábano si el pata moría (de hecho esperaba que así fuera, los finales felices ya pasaron de moda); pero luego cuando muestran cómo se enamora y se casa me dejé conmover y esperé que el pata la hiciera y lograse escapar; luego al ver su vida de casado y los problemas laborales supe que debía morir... todo para que al final, arruinaran su heróico sacrificio (sí, se muere) con escenas súper cursis en el entierro, y con un soundtrack pésimo.
La próxima que me aburra iré a visitar a mis amigos. Me entretienen más.

Las cremoladas de la discordia

Estaba sentado atragantándome de chifa en el China-Wok, terminando de entender porqué no habíamos entrado a ver el Expreso Polar, mientras ellas discutían sobre la imbecilidad innata a los hombres, porque admitámoslo, todos los hombres somos imbéciles. Sí, todos nosotros.
Hoy en la tarde pasé por la universidad a recoger notas y a pagar la pensión, había quedado luego en encontrarme con Denisse y Claudia en el cine para "ahogar nuestras penas en canchita" (palabras de Denisse).
En vista que había una cola gigantesca para pagar decidí irme de frente al cine, después de todo ellas me iban a esperar allí desde las cinco y ya eran casi las cinco y cuarto. Chapé mi taxi (como bueno) y llegué, y no estaban, y esperé, y esperé, y les timbré y seguí esperando. Mientras tanto me puse a chequear lo que había en cartelera, la única peli que me llamó la atención fue el Expreso Polar, el resto o ya las había visto o jamás pagaría por verlas, además necesitaba de algo que me resucitara el espíritu navideño.
Tras un buen rato llegaron las señoritas, faltando diez minutos para las seis, es decir unos cincuenta minutos tarde o el equivalente a cinco intentos de hurto en saga (la bendita alarma no paraba de sonar). Se disculparon pues se les había hecho tarde en el banco y yo atraqué (además, siendo justos, la puntualidad nunca ha sido mi punto fuerte y ellas lo saben). Les solté los motivos por los que debíamos ver el Expreso Polar y no se mostraron muy animadas, a una no le convencía ver a Tom Hanks haciendo todos los papeles, a otra la animación le parecía tan mala que llegó a compararla con Barbie Rapunzel "ese chiquito, todo falso... parece de plástico".
Al final decidimos subir a embutirnos algo al chifa, y la verdad es que me dolió gastar mi platita en un combo sobrevaluado (los he probado mejores). La conversa estuvo amena, centrándose principalmente en el, bastante próximo, viaje de Claudia. Luego las señoritas quisieron fumar así que nos quitamos al "Chalán" a por unas cremoladas, lugar donde podrían dar rienda suelta a sus vicios tabacaleros.
Ya en el Chalán, entre cremolada y cremolada, empezaron una discusión de lo más tonta, recordando pleitos de varios meses atrás, y que terminó con ambas trompudas, sin dirigirse la palabra, y conmigo en medio haciendo de réferi, arrepentiéndome muy en el fondo de toda la salida que en general resultó siendo un fiasco... igual, probablemente mañana se les pase, las personas somos así, imbéciles, sin distinción de sexo.
Hemos quedado para el viernes ir a ver Los Increibles, al primer indicio de bronca pongo los pies en polvorosa.

martes, diciembre 14, 2004

Holy shit!

Soy un hombre cambiado, los pajarillos cantan alrededor y mi chacra ya produce. Y todo sólo por estar oliendo cerca de media hora el embriagador aroma del excremento de vaca incinerándose en pequeñas pirámides de bronce de 10 dólares cada una.
No es por nada, pero algún día quisiera recuperar la ingenuidad, o perder el cinismo, lo que ocurra primero.
La Terapia Homa fue el tema de la charla a la que me invitó mi papá a quién cada cierto tiempo se le sale lo new age.

Panza

Je, je, que chévere dormir hasta las tres de la tarde.
Ayer fue mi último examen (espero) y la noche anterior tuve una matadora amanecida de estudios (con menjunje de Coca Cola y café), es por eso que ayer por mucho que quería escribir algo opté mejor por postear un cuento de hace alguno años, y dormí, dormí rico, con sueño y cansancio, hasta las tres de la tarde de hoy, siendo recibido por un precioso cielo nublado. Panza , el gato, me hacía la taba durmiendo también en un mueble de mi cuarto.
Desde que me he levantado tengo una sensación de tranquilidad vacacional, que probablemente me dure unos cuantos días más... estoy pensando seriamente en lo de cambiarme de carrera, necesito aclarar mi cabeza en las siguientes semanas.
Me voy a una charla en el hospital donde trabajan mis papás, el tema es algo sobre el aura y la medicina alternativa, parece interesante. Sigo posteando a la vuelta.

Cuento viejo

Historia de una puerta

La calle desierta, un viento frío recorre la ciudad a la medianoche, una joven intenta volver a su casa después de una fiesta, va caminando rápido, con los brazos cruzados, tiembla a pesar de la casaca, tiene miedo.

Su casa está a sólo un par de cuadras, y el barrio es tranquilo, no tiene de que preocuparse; sin embargo está aquel callejón, no muy ancho ni muy largo, diez metros entre una calle y otra, dos metros entre una casa y otra, iluminado por un poste en uno de los extremos y una densa penumbra casi hacía la mitad provocada por un árbol, y allí justo donde la oscuridad se concentra está aquella puerta, la que motiva la inquietud de nuestra joven, la que a la luz del día le causa curiosidad, pero que por las noches (y en particular esta noche) le provoca escalofríos y angustia el pasar por su lado. Empotrada en una pared de ladrillos, la puerta de madera con forma de arco se mantiene siempre cerrada, oscura y llena de polvo, misteriosa.

La joven salió de la fiesta temprano, una pequeña discusión le había malogrado la noche y hasta hace un momento sólo pensaba en llegar a casa y dormir, pero a medida que se iba acercando al callejón se empezó a sentir inquieta y todo tipo de historias de apariciones y casas encantadas se le vinieron a la cabeza. Empezó a recriminarse, podría haber vuelto acompañada, su enamorado podría haberla ido a dejar, ¿por qué tenía que ser tan estúpido cuando estaban en grupo? Sin darse cuenta ha llegado a la entrada del callejón, duda un momento, pero finalmente sobreponiéndose a sus temores, penetra en él.

Cada paso se hace infinitamente sonoro en sus oídos, el eco rebota en una pared y luego en la otra multiplicando las pisadas y haciéndola sudar frío, piensa en que quizás debería silbar para ahuyentar el miedo, luego se da cuenta de que lo mejor es tener todos sus sentidos alerta y concentrados en atravesar el callejón con la mayor rapidez posible, sino algo le podría pasar, camina mirando hacía el piso, algunas hojas secas, papeles, algo que parece un preservativo en un rincón de la pared, intenta sonreírse pero el miedo le gana, se acerca más a la puerta, la luz del poste empieza a menguar, piensa en su abuelito fallecido, en las oraciones del colegio, en las almas en pena, en el infierno, su corazón palpita tan fuerte que siente vibrar todo su cuerpo con él, más fuerte, más fuerte, la puerta, a su lado, oscura como siempre, cerrada como siempre, oye su nombre, sigue avanzando, lo oye de nuevo, más fuerte, voltea a mirar pero no llega a ver a nadie, si te llaman por tu nombre y no ves a nadie quizás sea la muerte que te viene a buscar piensa, camina más rápido, sus manos cerradas sienten sus propias uñas desclavarse de ellas. Su corazón empieza a calmarse.

Ha llegado por fin al otro extremo del callejón, sana y salva, la puerta es ahora sólo una lejana mancha oscura en la pared, suspira de alivio, sus temores, se da cuenta ahora, eran bastante infantiles, suspira de nuevo, luego un sobresalto y un grito contenido, alguien la ha tomado de la mano, sólo es el enamorado, se tranquiliza, el le pide perdón por lo de la fiesta, ella ha estado bastante nerviosa como para enojarse con él, se siente segura ahora y le pide que la abrace, en la oscuridad de un callejón una pareja se funde apasionadamente en un beso.

La calle desierta, un viento frío recorre la ciudad en la madrugada, una joven yace sin vida en un callejón. Quizá fue el destino, quizá un enamorado ebrio.

Angel, Junio de 2002.

sábado, diciembre 11, 2004

Closure

La buena Claudia se va a Lima a respirar otros aires, a estudiar algo que realmente le gusta, a empezar de cero.
Dichosa ella. La voy a extrañar. Especialmente ahora que teníamos nuevamente esas conversaciones largas y tendidas sobre todo y sobre nada. Antes de viajar me devolverá mi Lobo Estepario y se llevará mi Demian chancho, ha prometido traerme una mejor edición del libro, se lleva la mía por que le gusta, por que le recuerda a mí, a los buenos tiempos.
Por ratos creo que casi la envidio, casi, pero yo no podría abandonar la carrera (no por propia voluntad) en este momento y mandar al cacho los años de estudio, el esfuerzo de mis viejos. No me excuso en ellos, estudiar derecho es al fin y al cabo mi decisión, si la cago... pues la cagué, a lo hecho pecho y a seguir pa'lante.
Como nota aparte, estamos organizando la chocolatada Tacreli, la que servirá para darle la despedida a Clau, para marcar el cierre de una era, para reunirnos por última vez como grupo, quizá. Por lo pronto los tacrelos han ofrecido unas barras de chocolate y un "Panetón del Amor" del padre Martín, je. Probablemente haya también harto alcohol de por medio, chuparemos hasta las últimas consecuencias.
Se viene la navidad, mi cumple (el 30) y año nuevo. Luego un empezar de cero para mí también

jueves, diciembre 09, 2004

Happy Hard Harry-On

Hoy me sentía como el imbécil de Christian Slater en Sube el volúmen, una película donde él hace de marginado (para variar) en una clásica preparatoria norteamericana, y aparte maneja una señal ilegal de radio (pirata) desde donde transmite un programa en el que expresa todo lo que piensan y sienten los adolescentes frustrados y que empieza a tener acogida, generando toda una revolución de los estudiantes de la high school contra el sistema.
Bueno, hay una escena de la peli donde desde la radio menciona (por casualidad, no quería que se supiera que él era el locutor) que él es el chico que durante los breaks se sienta en la gradas a leer algún libro, lo cual causa que luego una chica descubra su identidad y blablabla, pero en fin, a lo que iba, es que hoy me sentía así, como el imbécil del Slater, haciendo mi papel de outcast tirando pa nerd, sentado en una banca de la u, leyendo al buen Nietzsche, más sólo que .. en fin. Tengo examen importante el lunes, me voy a estudiar.

martes, diciembre 07, 2004

Del Chira eres la perla

Una de las cosas que detesto de vivir en esta pintoresca ciudad es su calor de mierda... asfixiante, abrasador, pegajoso, que no respeta si uno está bajo techo o con un ventilador en frente.
Sullana, mi tierra natal, es una pequeña ciudad al norte de Perú, donde he vivido buena parte de mi niñez y adolescencia. De sullana se podría decir mucho, cosas negativas en su mayoría. Que hay delincuencia (tercera ciudad más peligrosa del país), que es el prostíbulo del perú (eso según algunos amigos), que las chicas son fáciles, que los patas son jugadores, que la gente es ociosa, promiscua, borracha, chismosa y demás vicios. Tenemos un bonito río, eso sí.
Igual, me siento bien viviendo acá; aunque la mayor parte del tiempo me la pase en piura, en la u, o con mis amigos; aunque no haya un cine, buenas librerías, o un museo; aunque haga un calor infernal y la gente salga a las veredas a dormir en petates (para ser justos, hace años que no veo que nadie lo haga)... a pesar de todas las cosas que podrían hacer decir que este es un gran asentamiento humano, me gusta vivir acá, y quisiera algún día poder mejorar en algo esta tierra tan rica, y a su gente de mierda.
Dejo el link de un artículo que describe mejor las ideas antes expuestas, espero les sea instructivo.

lunes, diciembre 06, 2004

La calma antes de la tormenta

Una espesa capa de nubes cubre el cielo, y refrescantes rafagas de viento entran por la ventana sacudiendo mi cabello, despeinándome. Todo luce más agradable bajo el cielo gris luminoso.
Afuera, en el parque, las ramas de los árboles se mecen con suavidad, dejando caer unas cuantas hojas sobre un hombre que duerme en el cesped. Contra el horizonte se recortan, la silueta de las casas, las antenas de TV, los cables y los postes, las varillas de columnas sin construir, las paredes, los ladrillos y el cemento.
Los cuadernos sobre mi escritorio, el polvo sobre los pinceles y las temperas, mi cama destendida, u2 en la radio, y debería estar estudiando pero no quiero, el viento juega con las páginas del código civil pasandolas una tras otra al ritmo de la música. Devoro con gusto la piel alrededor de mis uñas, aunque le de a mis dedos ese aspecto terrible, garabateo cosas sobre las páginas que se supone leo; y afuera todo se ve tan hermoso, más hermoso que nunca.
Mañana se define mi estadia en la u.

Nota: Escrito ayer domingo en un rato de flojera, tras el cual me puse a estudiar.
Hoy fue mi último examen, creo que me fue bien.

viernes, diciembre 03, 2004

No más obligaciones mancomunadas!

Ya no quiero estudiaaar!! Me duele el seso (no confundir con el sieso, mucho ojo) de estar chancando toda la mañana en la biblioteca de la u.
Recién pude huir de ese antro de tedio en la tarde, cuando llegó la Rica para que le prestara unas copias. Necesitaba distraerme con urgencia por lo que la acompañé un rato a que hiciera algunos trámites y cosas, y luego nos quitamos al centro a tomarnos unas cremoladas al "Chalán". Después de la primera cremolada de ponche la cabeza ya me estaba dando vueltas lo que me recordó que no había probado bocado en todo el día. He llegado a mi casa casi a las siete a tragar como descosido.
Pasando a otras, tras recibir un par de invitaciones me animé a crearme una cuenta en Hi5, otro intento desesperado por decir "¡mira mundo, este soy yo!"... en fin, una raya más al tigre.
Me voy, oyendo Dearest de Ayumi Hamasaki... todavía estoy picón por que nunca pasaron los últimos episodios de Inuyasha en el cartoon...
Ah! Itsuka eien no nemuri ni tsuku hi madeee...
Dou ka sono egao gaaa...
Taema naku aru you niii...

miércoles, diciembre 01, 2004

De lo inútil de mi existencia... cuando no estás

Yyeeeeeyyy!!! tal como supuse, obtuve una mención honrosa en los juegos florales. Debo decir que si bien no gané, estoy tan contento como si así hubiera sido (que patético).
Este evento en particular me ha levantado el ánimo por que, fuera del reconocimiento y eso, me hace valorar mejor las cosas que hago sólo, por mí y para mí mismo.
Siempre he creido que las cosas que uno hace tienen más valor cuando se las puedes dedicar a otra persona, por que puedo hacer muchas cosas por mí y para mí, pero si no las puedo compartir con alguien más pierden valor y sentido. Mientras he estado enamorado he sido feliz precisamente por eso, por que cualquier cosa que hiciera por mínima que fuera tendría algún valor para ese alguien más. Me daba una sensación de tranquilidad el saber que mi vida no era en vano, siempre y cuando hubiera alguien alli para dedicarsela (mi vida), incluso si la persona de turno no supiera que era el centro de mi universo. Pero ya no, ya no hay a quien dedicar algo, y eso me devuelve al hecho de lo vacia que está mi vida, de lo inútil de mi existencia.
Y luego pensé que, quizás no me estaba valorando lo suficiente (sin libros de autoayuda, ni esas vainas), y que mi felicidad no puede estar dependiendo siempre de alguien externo a mí. Debía mejorar para mi mismo, debía dedicarme mis logros y disfrutar de ellos. Es bueno y natural dedicar nuestras vidas a las personas que queremos, pero es más saludable si uno empieza por dedicarsela a uno mismo.
Dejo la versión final de mi texto, la de la mención honrosa.

FUEGOS FATUOS

Creo que te había visto antes alguna vez, en uno de esos inútiles cursos que llevábamos juntos, pero nunca me interesó conocerte, y fue así hasta aquella tarde en que, por casualidad (¿realmente existe?), te oí discutiendo con tus amigas sobre Star Wars, la cual no conocían por ser, como bien las llamaste, incultas; una sonrisa se dibujó en mi rostro, música de fondo de U2; y de espaldas a ti me sentí muy feliz por tu existencia.

Después de eso averigüé como te llamabas, aunque no importó mucho pues es mi cabeza siempre serías Charlotte, para darle un efecto Wertheresco al asunto. Pude enterarme luego donde vivías, lo que terminó conmigo pensionando en un menú frente a tu casa, la excusa perfecta para pasar por ahí todos los días y con algo de suerte quizá alguna vez regresarnos juntos de la universidad pues, mira tú como es la vida, tendríamos el mismo camino. Así, en mi nueva ruta diaria, lograba verte conversando en la puerta de tu casa con tus “amigas”, una sarta de huecas pretenciosas que te marginaban a la primera oportunidad; y caí en la cuenta de que estabas tan sola como yo.

Luego empezó el jueguito de las miradas; durante las clases, sentado al otro extremo del salón, observaba cada movimiento tuyo, la ropa que traías, los libros que leías, las intervenciones tan precisas que maravillaban a tus profesores pero que, supongo yo, detestabas, por que siempre que te volvías a sentar tenías el rostro adusto y bajabas la cabeza buscando pasar desapercibida. Pero yo seguía observándote disimuladamente, y en esa vista de reojo te idealicé más. Tuve la impresión de que un par de veces tú también me miraste. Hasta el día que nos vimos mutuamente y me sonreíste, y fuimos el uno para el otro, para siempre en ese momento, y sólo en mi cabeza que no en la tuya.

La semana siguiente llegué un poco tarde al salón y sólo encontré vacía la última fila así que ahí me senté, te busqué con la mirada pero no estabas, entonces asumí que no vendrías. Estuve garabateando cosas sobre el cuaderno por un rato, la clase continuaba aburrida y me quería ir, volteé a ver hacía la puerta, y allí estabas, con música de fondo y puesta de sol, pidiendo permiso al profesor para entrar, él asintió con indiferencia, caminaste apresuradamente, en cámara lenta desde donde yo estaba, mi corazón latía a mil por hora, y te sentaste a mi lado, un repentino calor recorrió mi cuerpo, y de todos los asientos vacíos que había en la fila te sentaste a mi lado, mis manos empezaron a sudar, y podía sentir tu olor, me puse a escribir cualquier cosa, y se sentía tan fresco a tu lado, comencé a balancear la cabeza, y volteaste a verme un segundo como queriendo algo, y yo secándome el sudor de la frente con desesperación, teniéndote al lado a unos pocos centímetros, debía hacer algo, era ahora o nunca, entonces me decidí a hablarte, aunque mejor hubiera sido nunca, y con un aplomo que no sé de donde salió: No ha avanzado mucho -te dije- toma mi cuaderno, copia lo que te falta. Y en un momento de película le alcanzaba un cuaderno que tenía un poco de alma, corazón y vida.

Fue en ese preciso instante en que, como si hubiesen descorrido un velo, te vi, tal cual eras, y te desprecié. ¿Qué no hiciste nada malo? Quizás. ¿Qué te comportaste muy amablemente? Es cierto. Pero ya no eras tú, o al menos no la que había soñado.

Te convertiste de pronto en una sola, triste y linda chica, con mal aliento.